Para cumplir con las ilusiones de los promotores, que querían una cabaña en su pueblo natal, se plantea un edificio de cubiertas a dos aguas de teja y gruesos muros con reminiscencias a las construcciones tradicionales de la zona, pero con elementos modernos que la vinculan a las costumbres actuales.En esta vivienda, de uso vacacional, se plantea una distribución de las estancias claramente divididas según el uso de día o de noche gracias a la ubicación de un mueble distribuidor que genera un espacio intersticial de uso flexible evitando elementos distribuidores sin aprovechar que se convierte en el eje vertebrador de este nuevo hogar.El salón comedor y la cocina se vinculan mediante un porche cubierto al espacio exterior con vistas a la sierra de Gredos, ubicado en la zona con mejor orientación para la iluminación y recibir la mayor radiación posible en invierno, época en la que se puede utilizar igualmente ya que existe una chimenea que le hace considerablemente confortable para poder habitarlo incluso en dicha estación del año.Los dormitorios con fachada a la calle se cierran a ella con ventanas más pequeñas y una celosía exterior que tamiza la visión interior.Su materialidad interior generada mediante elementos de madera y tonos blancos potencia la calidez interior, potenciada por la colocación de la chimenea interior a doble cara que climatiza toda la casa.Una vivienda en la que la tranquilidad se potencia gracias a una atmósfera cálida y ordenada.